Alberto Sonsol, en entrevista en Jerusalem

25/Sep/2017

Semanario Hebreo, Ana Jerozolimski

Alberto Sonsol, en entrevista en Jerusalem

El muy conocido y popular periodista deportivo Alberto Sonsol (Canal 10, radio El Espectador), realizó hace poco un viaje de vacaciones a Israel, oportunidad para reencontrarse con amigos de juventud. Para nosotros fue una ocasión para conversar con él, sentados en un café en Jerusalem.
En medio de la conversación, un uruguayo lo reconoció y se acercó a saludarlo, lo cual derivó por cierto en comentarios sobre el fútbol uruguayo en general, aunque Sonsol es de Peñarol y quien le saludó, Pablo Lynn, de Danubio.
Fue un diálogo sobre entusiasmo y pasión, sobre elecciones en la vida, en la que Sonsol, evidentemente, disfruta del camino que decidió seguir y en el que le ha ido muy bien.
“La emoción humana no la cambia nada. Y eso es lo que la gente quiere escuchar. Sin pasión, no soy yo”.
P: Alberto, es un gusto tener de nuevo la oportunidad de conversar contigo, ya casi tres años después de la primera entrevista que te hice. Aquella fue en Canal 10 y ahora estamos sentados en un café en Jerusalem. ¿Cómo te está tratando la vida?
R: Te diré ante todo que tuve un golpe muy duro hace poco, el fallecimiento de mi papá que de alguna manera dilató mi viaje. La verdad es que de hecho no pensaba venir pero al final así se dio y a último momento tomamos la decisión de sí viajar. Hacía muchísimo tiempo que quería venir y por distintos motivos no venía. Y la vida pasa muy rápido, ni te das cuenta y pasan los años. Y como todavía estamos en una época en la que podemos hacer un viaje de este tipo, con Patricia, mi esposa, decidimos al final que el momento es ahora.
P: Y me atrevo a suponer que no es un viaje meramente turístico, sino de reencuentros con muchos amigos de la juventud.
R: Por supuesto. Me encontré con dos sensaciones. Una es maravillosa, de ver afectos de toda la vida, como meterse en un túnel del tiempo y encontrarme con gente con la que me crié, fue como volver 40 años atrás. Me llamó poderosamente la atención lo bien que me recibieron. Pero hay una parte fea en todo esto: que me di cuenta que estoy grande. Que estamos grandes.
P: Te diste cuenta que el tiempo pasa.
R: Claro, porque muchos de ellos son abuelos, ya tienen nietos. O sea que el tiempo pasa en un santiamén, tan fugazmente, tan rápido, que ni te das cuenta. Y volviendo a lo central, me recibieron divinamente.
P: Y seguramente es algo muy especial todo este viaje, porque es el primero que hacés a Israel desde que en el 84 viviste nueve meses en el país.
R: Exacto. Y pasaron ya 33 años. En todo este tiempo no pude venir, así se dio. Tuve algunas oportunidades que no se pudieron concretar. Pero ahora se presentó la ocasión, pude venir y estoy contentísimo de haberlo hecho.
P: ¿Cómo ves a Israel?
R: Yo escucho noticias, conozco, estoy en contacto con amigos que viven en Israel y tengo claro que todo se magnifica. Lamentablemente hay prensa que lo hace, magnifica para un lado y para otro. Tal vez los palestinos, los árabes, sacan mayor provecho internacional de las imágenes. Y las imágenes que llegan a Uruguay normalmente son de los palestinos o los árabes como afectados. Y yo creo que no es así. Estando acá, mucha gente me dice “Israel no sabe manejar la prensa internacional”. Yo, desde mi posición, trato de comentarles a mis compañeros de noticiero sobre esas situaciones más a fondo. Recuerdo cuando venían todas las imágenes de Gaza, de la última guerra, y luego aparecieron los túneles subterráneos que llegaban a Israel y entonces podían entender otro elemento de la situación. Ahora por ejemplo estamos en Jerusalem, un lugar ineludible en el viaje, para ir al Kotel y otros lados. Algunos me decían “no vayas”, otros “andá con cuidado”, algunos también comentaban que venían igual. La verdad es que yo estoy atento, no sé por qué. Pregunté a mis amigos que viven acá si viven mirando para los costados permanentemente y me dicen “no, vivo”. Mis amigos tienen esto incorporado como parte de su vida.
“HAGO LO QUE ME GUSTA”
P: Este viaje de vacaciones es una interrupción en tu rutina, en el buen sentido de la palabra, porque vos sos un enamorado de lo que hacés, ¿verdad?
R: La verdad que sí. Estoy bien. Hago lo que me gusta. Me pagan por hacer lo que me gusta porque también es mi trabajo. Creo que me consideran, vos lo has visto, y eso tiene un valor que no se mide en metal.
P: En la primera entrevista que te hice hace unos tres años, en el canal, me dijiste que lo que habías logrado, había superado todas tus expectativas. ¿Cómo es tu resumen hoy? ¿Algo cambió?
R: Hubo algunas cosas que me potenciaron muchísimo. Por ejemplo el programa de entretenimiento que sale del tema del deporte, “El escape perfecto”, que es un formato israelí.Sale lindo, nos gusta mucho y con mi compañera Ana Sofía nos divertimos mucho. La gente lo mira y lo disfruta.
EL PLACER DE TRABAJAR CON LOS HIJOS
P: Y un gran cambio fue la radio…
R: Así es. Me fui de Radio Sport y ahora estoy en El Espectador. Fue un cambio importante para mí, por algo sustancial. Estoy trabajando con mis dos hijos varones, Diego, que tiene 28 y Alejandro, al que le decimos Lali, el menor, de 25. Los dos aman el deporte, tienen la misma pasión y sobre todas las cosas, a los dos les veo mucha madera. O sea, con que te guste el deporte no alcanza. Uno relata, el otro comenta, están conmigo en fútbol, en basquetbol, son productores-sobre todo Alejandro-y para mí tienen un futuro brutal.
P: ¿En qué medida te parece que el apellido les abre puertas, aunque no baste con ser Sonsol y tengan también que mostrar que trabajan bien? O sea, si no son buenos, el apellido no sirve para nada.
R: Por supuesto. Yo creo que abre puertas, sí, pero tienen que mostrar que valen. Aparte Diego, el mayor, tiene una característica muy importante para esto, y es que jugó al fútbol profesional. No con trascendencia, pero que haya jugado, le aporta mucho.
P: ¿Cómo ves el futuro de ambos?
R: Yo creo que el futuro cada uno tiene que buscarlo. Uno como padre trata de apoyar en todos los emprendimientos y las ideas que tienen. Pero yo siento que soy producto de una búsqueda. En su momento vine a Israel, buscando. No encontré, me volví, buscando. Hasta que encontré. La gente piensa que uno nació de corbata en la televisión, pero no es así. Lo fui construyendo.
P: ¿Qué sentiste cuando viste que tus hijos querían también dedicarse a la misma pasión que vos?
R: Me encantó. Pero aparte permanentemente los estoy aconsejando. Siento que trato de ir por un camino diferente al que va todo el mundo. Y trato de orientarlos a eso. Hay algunas explicaciones deportivas que conmigo no van, los números, los porcentajes.
P: ¿O sea?
R: Cuando mirás un partido y te largan todos esos números, yo siento que pueden servir a los directores técnicos, pero no al tipo común, a Juan Pueblo que laburó todo el día y al llegar a la casa de noche prende la radio para ver cómo le fue a su cuadro de fútbol o de basquetbol ¿Para qué le van a hablar de porcentajes, si metió 48% en triples, 73% en dobles? Deciles si ganó Aguada o Goes y dejate de embromar. Eso es lo que yo siento. Yo soy anti números. Lo siento en base a conceptos. Y como con eso no me ha ido mal, trato de que mis hijos vayan por el mismo camino. Te pongo un ejemplo. Cuando terminó el mundial de Brasil, la FIFA sacó una estadística diciendo que el jugador que más pases había acertado, o sea que se la dio a un compañero, era el golero alemán Neuer con 422 y que el segundo era Messi con 420. Estaba en un programa al aire en vivo y un muchacho de esos que miran los números, dice eso. Le dije “¿pero usted me está hablando en serio?”. Sí, me contestó, “dice la FIFA”. ¿Pero quién es el idiota de la FIFA que aprieta un botón y pone eso? El golero alemán hace cuatro pases con el rival más cercano a 40 metros y Messi cada vez que la toca tiene 5, 6, 7 rivales encima. ¿Cuánto más valen 400 de Messi que 422 de Neuer? Si no tenés nadie que te marque, yo te la doy, vos me la das, yo te la doy, vos me la das. ¿Qué importa eso?
LA VIOLENCIA, PROBLEMA DE FONDO
Hace mucho tiempo la sensación es que podés ir al estadio tranquilamente cuando juega la Celeste, pero cuando juegan Peñarol y Nacional es un peligro. ¿Así lo ves?
Yo creo que hay dos partes acá. Una parte es un poco el reflejo de la sociedad uruguaya hoy.
¿Por eso dijiste hace poco que el país se va a pique?
Es que si la policía no nos cuida ¿qué voy a decir? Hay cosas que no entiendo. Si la gente va al shopping y arma lío, te meten en cana. Si vas al cine y no te gusta la película, no empezás a tomatazos contra la pantalla. Si vas a la playa y hay olas, no agarrás al salvavidas y le partís una sombrilla en la cabeza. Entonces ¿por qué todo lo que no se permite en otros lados, en el deporte sí? Siento que todas las frustraciones de la gente, con el jefe, con la mujer, con los hijos, como en ningún lado puede decir nada, van a la cancha y ahí sale todo para afuera. Y arma cada lío que no se puede creer. Entonces, cuando yo me calenté mucho, fue porque la policía decide no entrar a las tribunas. ¿Qué quiere decir eso? Cuando yo era chico e iba al estadio, si armabas lío, venía un milico y enseguida te sacaba. Había respeto por la autoridad. Hoy no existe, literalmente no existe. Entre que no existe el respeto ni tampoco la represión, porque el gobierno del Frente Amplio parece que decidió no reprimir, entonces la gente va y roba. Y los padres mandan a los chiquilines menores de 18 años a robar, total no pasa nada, a los 10 minutos salís por la otra puerta. Entonces, ya estamos en un problema serio. Creo que es un problema de educación, que no solamente nace en la escuela, en el hogar.
¿La violencia en las canchas, como reflejo de algo más profundo?
Claro. Hay muchas cosas que están pasando ahora con las que no estoy de acuerdo. Y las voy a decir. No puede ser que la policía no cuide al ciudadano, donde sea, en la playa, en un shopping, en un cine o en el estadio. No puede ser. Te argumentan que el fútbol es privado, que se tienen que ocupar. ¿Quién se va a ocupar? ¿Los dirigentes? ¿Cómo van a hacer los presidentes de Nacional o Peñarol para controlar a 50 mil tipos? ¿Tienen que pararse Damiani o Rodríguez en la puerta del estadio? Es la policía la que tiene que cuidar. Lo mismo en el basquetbol. Otra cosa con la que no estoy de acuerdo es la quita de puntos a los equipos.
¿Y cómo sugerís castigar por la violencia?
Hay que agarrar al que arma lío y meterlo en cana un año, que no vea el sol. Y entonces capaz que el otro va a decir “me puede pasar lo mismo a mí”. Si la quita de puntos fuera productiva es otra cosa, pero no ayuda. Por diez imbéciles pagan todos. Y los jugadores ¿qué tienen que ver? ¿Y los técnicos? ¿Y los hinchas bien? O sea, cien o 200 tipos te arman un escándalo, y pagan un millón de hinchas de Nacional o de Peñarol. ¿Es lógico? Pero esta es mi opinión. Otros piensan distinto.
MANYAS Y BOLSOS
Antes destacabas que uno de tus hijos jugó al fútbol profesional, como una ventaja para un periodista deportivo. ¿Por qué?
Mirá, te explico. Hoy tengo como compañero en el equipo nuevo que armé a Jorge Seré, que fue campeón del mundo con Nacional en el año 88.
Y es interesante la combinación contigo, bien conocido como hincha de Peñarol.
Claro, la gente me tiene como hincha confeso de Peñarol. Y justamente es bueno que Jorge fue campeón del mundo con Nacional. Y a mí lo que más me impacta de Jorge, es su humildad. Es que él podría venir en una actitud de “yo soy el 1, yo soy el crá, soy campeón del mundo”. Sin embargo, me dijo “Alberto, yo fui campeón del mundo hace 30 años, el que está en la cresta, en la ola, ahora, sos vos”. Así que él me da mucho en el programa. Primero que es bolso, y yo soy manya. Segundo, que fue campeón del mundo. Cuando yo hago una nota con un jugador, con un técnico, con un dirigente, y está Jorge al lado mío, la nota tiene otro matiz, porque sienten que están hablando con un par, no con un periodista. Siempre hay frases como “Jorge, vos sabés lo que es una pre temporada”, “Jorge vos sabés lo que es atajar un penal” y todo así. Te voy a contar una anécdota brutal. Le hacemos una nota un día al actual arquero de Nacional, Esteban Conde, un muchacho extradordinario que además ataja bárbaro. Nació en Young, en Río Negro. Tengo buena onda yo con él. Le digo “Esteban, acá en el equipo nuevo que armamos está Jorge Seré”. Y él me dice enseguida: “No te puedo creer”, me dice. “Cuando yo de chico jugaba en Young, y atacaba, era Seré.  Cuando jugaba con mis hermanos, con mis amigos, atajaba y era Seré”.  Y mirá lo que le dice Jorge: “Pero Esteban, vos atajás penales a los mejores”. Porque cuando hay un penal en un partido, patea el mejor.  Lo que Jorge atajó fue impresionante, el primero, el segundo, el tercero, todos…contra un equipo holandés. Y Estaban le vuelve a decir “¡Pero vos fuiste campeón del mundo y yo no le gané a nadie!”…tenías que oírlos “discutiendo”. Y es el arquero de Nacional. Y todo así, muy lindo. Así que te diré que armamos un buen equipo, la gente nos sigue y la radio es buena.
Y de hecho estás con Jorge Seré también en televisión ¿no?
Así es. Tengo un programa en VTV en la producción de Tenfield, que se llama “Capos”, en el que todo el panel son ex jugadores: el Patito Aguilera, el pelado Peña, Jorge Seré, Venancio Ramos. Y yo estoy como conductor. Ellos tienen el don de haber jugado pero yo conduzco el programa. De ahí también surgió la relación directa con Jorge Seré por la que le pedí luego que venga conmigo a la radio.
¿Y parte del cálculo era que es de Nacional, para que todo parezca más equilibrado?
Estaba ahí de fondo el tema. Entre llevar a uno de Peñarol y uno de Nacional, a mí me viene bien llevar a uno de Nacional. Me ha pasado que hinchas de Peñarol me dijeron “pero che, te llevaste a Seré, tremendo bolso”. Y yo contesto “¿y qué? ¿Acaso yo no soy tremendo manya?”. Ahí se ponen a pensar un poco. Nosotros abrimos las líneas de teléfono y los whatsapp en la radio para que la gente opine. Tenés que ver los hinchas de Peñarol con qué respeto se refieren a Jorge. O sea que aún en medio de los problemas, de la inseguridad en el estadio, de tanta cosa deteriorada, hay aspectos de la idiosincrasia uruguaya que se mantienen. Creo que la gran mayoría de las personas entiende el juego. Yo amo a los hinchas. Detesto a los fundamentalistas. Un partido a cancha vacía, no es el mismo vacío, pero uno lleno de hinchas, es una maravilla. Hasta ahí. Detesto los fundamentalistas para los que Peñarol es su vida y les importa tres carajos la madre, los hijos o los de Nacional. Trasladado un poco al tema político entendés de qué te hablo. Para mí fundamentalismo es cuando perdés, entonces en lugar de irte para tu casa, vas a hacer líos. O que el hincha de un cuadro no nombre al otro. Lo veo eso e inclusive en dirigentes, lo cual me pone peor. Fundamentalismo es que cuatro tipos se junten, agarren armas y en el cumpleaños de Peñarol maten a uno en Santa Lucía porque estaba con una bandera. Ojo, Peñarol también lo hace. O que no se pueda jugar un partido porque se arma lío antes, como en el partido del otro día que tiraron una garrafa y no mataron a un policía de milagro. Todas esas cosas, conmigo no van.
LO CENTRAL: LA PASIÓN.
P: Alberto, lo que yo saco en limpio de esto, además de tu crítica a la FIFA, es que hablás con una pasión impresionante…porque hay que verte acá explicando esto como si se te fuera el mundo.
R: Yo siempre hablo así. Si no, no soy yo. Si tengo que hacer esto de otra manera, no soy yo.
P: ¿Esa es tu característica más especial, la pasión que ponés en esto?
R: Sin duda. Si yo no siento lo que digo, no lo digo. No voy a robarle un concepto a otro. Es más, si alguna vez escucho de algún colega que dice algo que realmente me llena, lo parafraseo, o sea puedo decir después “escuché decir a un periodista algo que me parece extraordinario…”. Y lo digo. Pero si no lo siento, no va. Me peleo por lo que yo pienso y siento, voy hasta el fin del mundo. Y eso a la gente le encanta, porque la gente espera cada vez más, opinión.
P: Y más en Uruguay donde el fútbol es tan importante.
R: Te voy a poner otro ejemplo. Si Suárez hace un gol en Barcelona, la imagen del gol es la misma en Canal 10, en la televisión israelí, Al Jazeera, la RAI, la BBC de Londres y en la China. El gol es el mismo. ¿O acaso en un lado lo hizo con la pierna derecha y en el otro de cabeza? Lo que cambia es cuando la imagen llega a vos, qué decís vos. Alguno dirá “¡qué golazo!”, otro “¡no puedo creer!” y otro “¿Usted vio lo que hizo Suárez?”. La gente podrá inventar toda la tecnología que quiera, pero la emoción humana no la inventa nadie. Y eso es lo que la gente quiere escuchar.
LA OPERACIÓN DEL CORAZÓN…Y EL VALOR DE LA VIDA
P: Como decíamos, vos sos un apasionado .Y me acuerdo que en la entrevista anterior hablábamos de cómo gritás los goles, inclusive no de Peñarol. Pero hace poco más de un año pasaste una operación del corazón. ¿No tenés precauciones que tomar para lidiar con todo con más calma?
R: Ninguna.
P: ¿Pero el médico sabía a qué te dedicás?
R: Parece que sí. El médico que me intervino en Estados Unidos era increíble. Era un sudafricano. El primer día que me viene a ver después de la operación, justo se estaba jugando la Eurocopa. Iban a jugar ese día o al otro día Alemania y Francia. Y yo estaba muy ansioso por saber cómo había ido todo. Llegó a verme, corrió la cortina del CTI y yo tenía tres millones de preguntas para hacerle sobre la operación. Pero lo que me dijo fue “¿Te gusta Francia o Alemania para mañana?”. Por lo menos dije “sabe con quién está hablando”, conocía mi perfil.
P: O sea que no es que por tu trabajo recibiste indicaciones de cambiar algo para seguir bien.
R: No. Después de la operación me dijo “usted está para 120 mil millas más”. Es como un auto al que le cambiás un caño y funciona bien. Me dijo que vaya tranquilo nomás.
P: No es broma una operación de corazón. ¿Pasaste miedo?
>R: Mirá, cuando me diagnosticaron aneurisma de aorta, hice lo que hace cualquier “gil”, entrar a internet y querer estudiar diez años de medicina en dos minutos. Imposible. Cada vez me metía más y entendía menos. Así que en determinado momento me dije “Albertito querido, este es el mejor del mundo, así me definieron al médico que me iba a operar, el mejor del mundo en esa especialidad”. Un cirujano amigo en Uruguay me dijo “esta operación la puedo hacer yo en Uruguay pero acá se hacen 100 por año entre 12 médicos, o sea que cada médico hace 8, pero este médico hace 500 por año, él solo”. Y me lo resumió de manera muy sencilla: “para él hacer esta operación es como para vos relatar un partido de basquetbol. Andá tranquilo”.
P: ¿Y eso te ayudó a ir sin miedo o igual es inevitable?
R: Tenía un poco de miedo, sí. No quería que me explicaran mucho cómo se hace la operación. Lo que le decía a Patricia fue “lo único que quiero es abrir los ojitos”. Fue mi frase preferida de cabecera. Y te cuento algo que me contaron hace poco, que no sé si es verdad, pero que de todos modos explica mucho de qué estamos hablando. Un cirujano cardíaco va al mecánico a arreglar el auto. Al otro día va a buscarlo y el mecánico le dice: “usted y yo hacemos lo mismo, yo arreglo el motor del auto y usted arregla el corazón de las personas”.Y el cirujano le contestó: “si, pero a ver si usted puede arreglarlo con el motor prendido”.
P: Genial. Y asusta pensarlo. Te sacan el corazón…
R: Qué hicieron no tengo idea. Me entregué. Le dije al médico el día previo a la operación -era la primera vez que lo veía- que yo no siento nada. “Usted tiene ahí todos mis exámenes”-le dije. “¿Qué pasa si no hacemos nada?”. Y fue muy claro. Me miró fijo y me dijo: “Explodes and die”. Nada más.
P: Si no te operabas, la aneurisma podía explotar en cualquier momento y vos morías.
R: Así es. Explota y se muere. Y me dijo más: “Si yo estoy al lado suyo en el momento que le explota, no tengo tiempo de salvarlo, porque hasta que lo abro, se desangró, ya fue”. ¿Y ahí qué me quedaba? Le dije: “proceda”. Eran las 2 de la tarde, me dijo que a las 5 me interno y que a la mañana siguiente a las 5 de la mañana viene a buscarme. Al día siguiente estábamos a las 4.50 de la mañana, en la puerta de la clínica, con mi hermana y mi mujer, fumando un cigarro. Fue el último cigarro que fumé.
P: ¿En qué cambia la vida después de una operación que salió bien, pero por la que tomás conciencia que si no la hubieras hecho, podías no estar acá?
R: En que puedo disfrutar las cosas que me apasionan.
P: Pero vos ya antes estabas haciendo las cosas justamente que más te gustan. Y tenías ya antes a tu familia, que en nuestra primera entrevista ya me dijiste que es lo primero, mucho más que el deporte. ¿Algo cambia de todos modos?
R: Lo que yo siento es que disfruto cada cosa más. Escuchar la radio, lo disfruto más. Estar tirado en la cama, lo disfruto más. Hacer el amor con mi mujer, lo disfruto más. Ir al cine, aunque no voy mucho, cuando voy, lo disfruto más. Relatar un partido…todo…Todo más. Si alguna vez estoy bajoneado por algo, me acuerdo del CTI cuando estaba enchufado por todos lados y me doy cuenta de que todo es una pavada. Y veo a mis hijos bien, trabajan conmigo y la pasamos bien, y disfrutamos. ¿Qué más?
P: Y para terminar, vuelvo al principio. ¿Cómo te gustaría que te presente?
R: Un buen tipo…que ama el deporte, el periodismo, la comunicación.
P: Y para hacerlo bien ¿qué es clave? ¿Más pasión o más conocimiento?
R: Ambas cosas son importantes. Claro que cuanto más sabés es mejor, pero si no transmitís emociones, no sirve. Si yo no estoy convencido de algo y emocionado con algo, nunca lograré transmitírtelo a vos o emocionarte con ello. Si no dejás el alma en el micrófono, no funciona.